Un bosque detenido en el tiempo, donde la vida brotan en cada rincón
En el año 1508, el Adelantado Alonso Fernández de Lugo, gobernador de la época, concedió los montes de Tacoronte y los manantiales que éstos albergaban al poblador García de Morales. Quinientos años más tarde, esta zona se sigue conociendo como Agua García.
A pesar de los avatares de la historia, este lugar aún conserva su aspecto original en los cauces de los Barrancos de Toledo y el del Salto Blanco. En ellos habita nada menos que la comunidad natural más rica de Canarias: el monteverde.
Se trata de un bosque formado por una veintena de árboles de hoja perenne, como el laurel (Laurus novocanariensis) o el viñátigo (Persea indica). Entre sus ramas buscan luz varias decenas de especies más pequeñas, como la estrelladera (Gesnouinia arborea) o la cresta de gallo (Isoplexis canariensis)
La fauna está protagonizada por los insectos, tanto por su diversidad como por su abundancia. Sin embargo, seguramente las aves llamen más tu atención. Entre las que viven aquí destacan los pequeños pajarillos –la banda sonora del bosque– la paloma turqué (Columba bolli) y las rapaces, como el gavilán (Accipiter nisus).
A este despliegue de vida hay que sumar los musgos y los líquenes, que cubren de color rocas y cortezas, y los hongos que, en otoño, completan este escenario mágico. Hoy tienes la oportunidad de formar parte de él a través de dos rutas cortas. Una de las cuales es apta para personas con movilidad reducida.
Más Información
Si deseas más información, el Ayuntamiento de Tacoronte a través de la Concejalía de Turismo, te ofrece un servicio de rutas autoguiadas coordinado desde la Oficina de Información y Turismo de Tacoronte y el Centro de Información Patrimonial de Agua García, disponiendo de un equipo de informadores locales que te guiarán, previa solicitud, por los diferentes itinerarios que se encuentran en el bosque, dando a conocer los aspectos más relevantes del acervo natural y cultural de la zona.