Un refugio espiritual con encanto rural
En las medianías de Tacoronte, la Ermita de la Caridad se presenta como un sencillo pero valioso ejemplo de la arquitectura religiosa tradicional canaria. Su origen exacto es incierto, aunque se estima que fue construida en la segunda mitad del siglo XVII. Así lo atestiguan un cáliz fechado en 1704 y referencias documentales de la ermita ya en 1738.
El edificio, orientado de este a oeste, cuenta con una única nave rectangular, de 15 metros de largo por 7 de ancho. Su interior está cubierto por una elegante techumbre de madera apeinazada, sostenida por tirantes decorativos con crucetas y motivos en forma de flecha, que refuerzan los muros laterales y aportan un toque artesanal y simbólico.
En la fachada destaca un pequeño campanil de cantería, añadido en 1880, con dos frentes y una cornisa superior que corona esta construcción modesta, pero cargada de historia.
La sacristía, situada a la izquierda de la capilla mayor, completa este espacio de recogimiento que, a pesar de su sobriedad, conserva el espíritu devocional con el que fue levantado hace más de tres siglos.
Un rincón ideal para quienes disfrutan descubriendo los tesoros ocultos de la arquitectura religiosa canaria, lejos del bullicio y cerca de la autenticidad.