Un granero con historia que impulsa el vino del presente
Construida en 1685, La Alhóndiga es uno de los edificios más emblemáticos de Tacoronte. De aspecto sobrio y elegante, esta antigua edificación fue creada como granero público para almacenar el trigo que los vecinos aportaban solidariamente, siguiendo las normas del Pósito, una institución fundada en 1618 para atender las necesidades colectivas del pueblo.
Más que un simple almacén, la Alhóndiga actuaba como una especie de ayuntamiento primitivo, desde donde se organizaba la vida comunal y se gestionaban los bienes del municipio.
Hoy, este histórico inmueble ha renacido como espacio cultural vinculado especialmente al mundo agrícola. Y no solo eso: desde la década de 1970, la Alhóndiga ha sido el epicentro de un auténtico renacer del vino en Tacoronte y toda la comarca de Acentejo.
¿El motor? Las Semanas Vitivinícolas Alhóndiga, que comenzaron en 1978 y han sido clave para que los vinos de esta tierra lleguen a lo más alto. Gracias a este impulso, el vino canario vive hoy una de sus etapas más brillantes.
Visitar la Alhóndiga es asomarse a la historia, pero también brindar por el presente y futuro del vino en Canarias.