Un vino con alma atlántica y raíces volcánicas
En las laderas del norte de Tenerife, donde la brisa del Atlántico se mezcla con la tierra volcánica y los vientos alisios, nace el vino de la Denominación de Origen Tacoronte-Acentejo, la primera reconocida en Canarias en 1992. Este territorio vitivinícola se extiende desde la costa hasta los 750 metros de altitud, abarcando municipios como Tacoronte, La Matanza, El Sauzal y Tegueste.
Los viñedos, cultivados en terrazas y bancales, se trabajan en su mayoría de forma manual, preservando métodos tradicionales como la formación en rastras. Las variedades autóctonas, como Listán Negro y Negramoll en tintos, y Listán Blanco y Malvasía en blancos, dan lugar a vinos con carácter, frescura y una marcada identidad insular.
Tacoronte-Acentejo no es solo vino; es paisaje, cultura y tradición. Las bodegas locales, muchas de ellas familiares, ofrecen experiencias enoturísticas que permiten al visitante sumergirse en el proceso de elaboración y degustar vinos que cuentan la historia de esta tierra única.