Tacoronte,
en un vistazo

Ubicado en el norte de Tenerife, entre las medianías verdes y la costa atlántica, Tacoronte es un municipio que combina paisaje, historia y tradición. Con una superficie de poco más de 30 km², su altitud media de 500 metros sobre el nivel del mar le permite disfrutar de un clima suave y variado, con zonas de monte húmedo y brumas en altura, y días soleados junto al mar.

Ubicación y clima

El clima es subtropical húmedo, con temperaturas que oscilan entre los 17 y los 22 °C de media anual. Las lluvias son frecuentes en otoño e invierno, especialmente en las zonas altas, donde la lluvia horizontal nutre los bosques de monteverde. En cambio, las zonas bajas y costeras ofrecen cielos más despejados y un clima ideal para paseos junto al mar o atardeceres en los miradores.

Población

Tacoronte cuenta con una población de unos 24.000 habitantes. Sus gentes, conocidas como tacoronteros y tacoronteras, conservan un fuerte vínculo con el territorio, las tradiciones y los cultivos. El municipio se organiza en diversos barrios, entre los que destacan Tacoronte casco, Agua García, El Pris, Mesa del Mar, La Caridad y Barranco Las Lajas, entre otros

Tradición e historia

La historia y la cultura se sienten en cada rincón del municipio. Iglesias centenarias, antiguos conventos y ermitas dan forma a un rico patrimonio religioso y civil. Las fiestas populares, como la del Santísimo Cristo de los Dolores en septiembre, la Romería de San Isidro en junio o las celebraciones en honor a Santa Catalina en noviembre, marcan el calendario con fervor, música y tradición.

Tierra de sabores

Tacoronte es también tierra de sabores. El vino con Denominación de Origen Tacoronte-Acentejo, los guachinches familiares, los productos frescos del mercado del agricultor y los platos típicos como el gofio, las papas arrugadas o el conejo en salmorejo, hacen que la gastronomía local sea una experiencia para el paladar.

Naturaleza

Para los amantes de la naturaleza, Tacoronte ofrece un amplio abanico de rutas entre laurisilva, pinos y viñedos. El monte de Agua García, los senderos que descienden hasta el mar o los acantilados del Pris son perfectos para conectar con el paisaje a cada paso. La costa, con su carácter salvaje y auténtico, guarda playas como la de La Arena y charcos naturales que aún conservan la esencia tranquila del norte de Tenerife.

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